Costa Rica es un país tropical, con un promedio anual de temperaturas que oscilan entre los 22°C y 27°C, lo que, unido a las características constructivas y técnicas de sus edificaciones, hace que el agua caliente sanitaria (ACS) sea prácticamente la principal demanda térmica en los edificios de carácter residencial y comercial.

Demanda térmica que entre los diferentes sistemas de generación térmica existentes puede ser satisfecha mediante bombas de calor, las cuales aprovechan la energía térmica del entorno natural, agua, aire o tierra, para calentar el agua, reduciendo de esta manera, la dependencia de los combustibles fósiles y disminuyendo las emisiones de gases de efecto invernadero.

Las ventajas y prestaciones de la bomba de calor son ya muy conocidas, pero no están siendo totalmente aprovechadas, en muchos casos por desconocimiento de los avances tecnológicos actuales, que han permitido hacer posible la hibridación con el resto de las tecnologías renovables existentes.

Siendo las instalaciones de energía solar térmica, una de las tecnologías renovables que, por sus propias características, puede ser hibridada con cualquier otra tecnología que permita asegurar alcanzar la temperatura de confort, cuando sea preciso y permitiendo que prácticamente el 100% de la energía sea renovable.

El aprovechamiento de energía solar térmica se puede hacer de la misma forma que se efectúa con otras instalaciones de generación, sean estas renovables o no. Es decir, calentando un depósito solar conectado en serie con el depósito de producción de ACS de la bomba de calor o bien integrando en el mismo depósito ambas producciones, tal y como se aprecia en las siguiente representación: